Lobby Hotel 5* Puerta América. Madrid 2017<< Proyectos

2017 Puerta América LOBBY

 

Lobby Hotel Puerta América: prestigio, innovación y bienestar.

Las firmas de cinco premios Pritzker- Norman Foster (1999),  Zaha Hadid (2004) Jean Nouvel (2008),  Arata Isozaki (2019)  y David Chipperfield (2023)- convierten al Hotel Puerta América Madrid en un referente de la arquitectura universal. De ahí el honor –y desafío también- para Galöw de diseñar y construir un nuevo lobby para el edificio.

El Lobby existente era inadecuado para un hotel de estas características, por lo que hicimos un estudio pormenorizado de los problemas a solucionar con nuestro Proyecto: El acceso peatonal era poco visible y no se identificaba desde el exterior ni desde el interior diferencias entre el acceso principal y el de emergencia, siendo ambos muy angostos para el trafico simultáneo de huéspedes. Al entrar desde la calle al hotel no había visibilidad del front desk, lo que producían confusión a los clientes. El mostrador era pequeño y sus inadecuadas dimensiones generaba todo tipo de problemas operativos y de seguridad, hasta el punto de que los clientes más altos se daban golpes en la cabeza con la parte superior del mostrador. Todo el lobby era muy oscuro y carecía de consigna, por lo que las maletas se amontonaban a la vista de todos cuando entraban y salían grupos o check-in/out de personas con horarios coincidentes en el hotel. Desde el Back office de la recepción no se veía el front desk y el personal de recepción se quejaba constantemente de disconfort térmico y lumínico.

La necesidad del hotel era concreta y sumamente relevante: profesionalizar y hacer competitivos y rentables todos sus puntos públicos de venta. El rol de Galöw consistió en diseñar esos espacios y aportar una propuesta innovadora con una nueva visión del hotel, a través de la arquitectura saludable. El Proyecto debía ejecutarse en un plazo de seis semanas. Mientras tanto el hotel debía continuar su operativa sin interrupciones.

Salud, funcionalidad y elegancia

En el proyecto del lobby se aplicaron materiales y soluciones técnicas para fomentar la salud de los usuarios, se redistribuyó el acceso y el resto de dependencias para optimizar el funcionamiento, y se cuidaron los acabados, la luz y los colores, para conformar un marco elegante, apropiado para recibir a los huéspedes de un hotel de cinco estrellas.

La nueva entrada se planteó como un espacio claro y unitario, constituida por unas secuencias espaciales que se remarcan mediante el juego de los techos y se acentúan más con una cuidada iluminación lineal indirecta.

Contribuyó a mantener esta visión unitaria la incorporación de una segunda piel en las fachadas interiores, formada por un enlistonado que hace de envolvente y se adapta a las diferentes curvaturas, generando un juego de luces y sombras, que se convierten en transparencias en los puntos estratégicos donde la visión del exterior es necesaria. Además de añadir dinamismo e indicar los recorridos a seguir facilitando la movilidad.

El front-desk fue diseñado como una pieza rotunda, de líneas depuradas y conceptualmente futurista. En el proceso de diseño, se estudiaron cuidadosamente las alturas y los anchos de cada uno de los elementos para construir un mobiliario eficaz y ergonómico, tanto para los huéspedes del hotel como para sus empleados, teniendo siempre presente la misión de proporcionar un entorno saludable, agradable y motivador a los huéspedes.

El material antibacteriano de sus superficies, utilizado por primera vez en España en esta obra, posee propiedades fotocatalíticas: elimina óxidos de nitrógeno, de azufre y compuestos orgánicos volátiles. El resultado es que a la pureza formal del nuevo diseño del espacio, se suma la pureza ambiental proporcionada por este material, que limpia el aire suficiente que consumen 450 personas al año.

En términos de experiencia de usuario, el lobby se consolidó como un verdadero espacio de bienvenida. Se reubicó el punto de acceso peatonal, con el objetivo de dotar de visibilidad al front-desk al entrar en el hotel, se estableció un espacio de consigna para ocultar de la vista de los huéspedes el equipaje de otros visitantes con horarios coincidentes. Se amplió y reorganizó el back office, dotándolo de visibilidad hacia el lobby y de la funcionalidad propia de unas oficinas. Se rehízo la instalación de aire acondicionado, proporcionando confort térmico a los huéspedes y empleados del hotel, que han incrementado su bienestar laboral en la recepción y reduciéndose la incidencia de bajas laborales.

El diseño de los techos contribuye a la conformación espacial de los nuevos espacios, que se reforzaron con una iluminación lineal e indirecta, integrada en candilejas y foseados. Esta luz difusa asegura en todo momento una iluminación adecuada y confortable. El blanco fue el color elegido tanto para los acabados verticales como para los techos, que se combina con el mármol travertino del suelo, contribuyendo al confort visual y a una cuidada estética.

Finalmente, se incorporó el uso de tecnologías que mejoraron sustancialmente la experiencia del huésped dentro del hotel, que van desde una conexión a Internet de máxima velocidad en todos los puntos del lobby, al videowall como una herramienta de orientación, pasando por una iluminación regulable que facilita el desarrollo de diferentes tareas y la personalización de los espacios, hasta la utilización de pantallas gigantes táctiles y rodantes que pueden trasladarse fácilmente a cualquiera de los espacios que configuran el lobby.

A partir de una visión de arquitectura saludable, considerando siempre la experiencia del huésped como protagonista, cumpliendo los plazos y aportando instrumentos de diferenciación, Galöw desarrolló en tiempo record un proyecto medido con los más altos estándares del mundo, robusteciendo el trabajo de algunos de los mejores arquitectos con un claro propósito: alcanzar los más altos niveles de bienestar y confort para todas las personas que lo visitan.

 

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